Qué
es el Manifiesto 2000
Un grupo de
Premios Nobel de la Paz, reunidos en París con motivo de la celebración
del 50 aniversario de la Declaración Universal de los Derechos Humanos,
creó el Manifiesto 2000 para una Cultura de Paz y no violencia.
El Manifiesto
2000 ha sido formulado por los Premios Nobel de la Paz para que
el individuo asuma su responsabilidad. No es ni un llamamiento,
ni una petición dirigida a instancias superiores. Es la responsabilidad
de cada ser humano de convertir en realidad los valores, las actitudes,
los comportamientos forjadores de una Cultura de Paz.
Cada ciudadano
puede actuar en el marco de su familia, su localidad, su ciudad,
su región y su país practicando y fomentando la no violencia, la
tolerancia, el diálogo, la reconciliación, la justicia y la solidaridad
día a día.
El 4 de marzo
de 1999, en París, el Manifiesto 2000 se dió a conocer proponiéndose
a la firma del público alrededor del mundo. El objetivo es que puedan
reunirse cien millones de firmas al amanecer del tercer milenio
cuando tenga lugar la Asamblea General de las Naciones Unidas en
septiembre del año 2000.
Como lo afirma
el texto del Manifiesto 2000: "El año 2000 debe ser un nuevo comienzo
para todos nosotros. Juntos podremos transformar la cultura de guerra
y violencia en una Cultura de Paz, porque la evolución exige la
participación de cada uno de nosotros y ofrece a los jóvenes y a
las generaciones futuras valores que les ayuden a forjar un mundo
más justo, más solidario, más libre, digno y armonioso, y con mejor
prosperidad para todos, ya que la Cultura de Paz hace posible el
desarrollo duradero, la protección del medio ambiente y la satisfacción
personal de cada ser humano".
El Manifiesto
2000 se encuentra abierto para que las organizaciones que lo deseen
puedan ser eco del emprendimiento y colaboren con su difusión.
El Manifiesto
2000 es parte esencial de la celebreción del Año Internacional de
la Cultura de Paz, y es por esto que se ha utilizado el mismo logotipo
de las dos manos unidas como símbolo para ambos casos.
Participar de
esta iniciativa firmando el Manifiesto 2000 y promoviéndolo en su
entorno es la mejor manera de difundir el Año Internacional de la
Cultura de Paz.
Sin lugar a
dudas, todos estos hechos e iniciativas y el comienzo de una década
dedicada a la Cultura de Paz, demuestran que un nuevo orden mundial
asoma en el horizonte de una humanidad agobiada por las guerras,
y que crear un mundo en Paz depende no sólo de los gobiernos, sino
también de todas las personas que componen la sociedad humana.
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